Douglas
Quaid quiere ir de vacaciones a Marte pero como su mujer no le deja contrata
una experiencia mental en una compañía dedicada a implantar recuerdos. Pero el
experimento es un fracaso y en lugar de
hacer lo típico, acudir a la oficina del consumidor, Douglas Quaid empieza a
matar gente con una facilidad impropia de un obrero de la construcción.
Una película mítica, con unos
efectos visuales espectaculares aún a día de hoy, una dirección de Paul
Verhoeven apabullante, una banda sonora que nos hartaríamos de oír en las
intros de los partidos de fútbol de Canal + y una violencia de la de antes, de
esa que le traía al pairo la calificación por edades. Ahora, lo más fantasioso
de la trama es ver como Arnold se queda con Rachel Ticotin en detrimento de
Sharon Stone, de que.
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