Unos extraterrestres de
intenciones aviesas dan con un planeta, el nuestro, donde escasea la
inteligencia, con lo que tratan de conquistarlo. Lo que no tenían calculado es
que de inteligencia andamos justos, pero a mala leche no hay quien nos gane.
Vale,
compro lo de que es una copia cutre y actualizada de La guerra de los mundos con
un guion de servilleta de papel, personajes de trazo grueso y con más agujeros
en su historia que el edificio de la Casablanca a mitad de metraje. Pero que
quieren que les diga, es puro entretenimiento con una banda sonora estupenda y donde
a día de hoy podemos seguir alabando los efectos con maquetas, y sí, yo también
me puse en pie con el discursito de marras de Bill Pullman.
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