Paul
Kersey se harta de que siempre se le cuelen las abuelas en el supermercado cuándo
abren una nueva caja y decide tomarse la justicia por su cuenta, dejando el
dialogo para los gafapastas y optando por tirar de revolver a la hora de
decidir quién tiene la razón.
Bruce Willis hace las veces del
gran Charles Bronson en este cambio de registro del terrorífico Eli Roth, quien
ofrece un título dinámico, entretenido y violento, que es lo que eran la saga
de títulos sobre el arquitecto (aquí doctor) reconvertido en vengador sin
filtros, e iniciada con El justiciero de la ciudad. La pena es la forma en que se
desaprovecha por el camino a dos grandes intérpretes como son Elisabeth Shue y
Vincent D´Onofrio con sendos papeles de relleno.
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