Max
Payne es un policía al que los clichés le impiden vivir una vida normal, lo que
hace que consulte el manual de agentes atormentados para ver cómo abordar la
situación.
Tras una puesta en escena muy
resultona y visualmente cercana al espíritu de los videojuegos, que es de donde
nace la película, Max Payne acaba siendo un título predecible, simplón y con
unos giros de guion que se ven venir a la legua. Mark Wahlberg hace lo que
puede con un protagonista tan lineal, y
para colmo de males la historia desaprovecha lo mejor con lo que cuenta,
los personajes de Donal Logue y Olga
Kurylenko. Únicamente recomendable para amantes de estampas navideñas, por
aquello de la sempiterna nevada que se muestra en la cinta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario