lunes, 28 de octubre de 2019

MASH (1970)


En la retaguardia del frente en mitad de la guerra, un grupo de cirujanos con manos como las del doctor Cavadas y cerebros como los de Rafa Mora, tratan de aliviar las tensiones del conflicto jugando al golf, bebiendo y persiguiendo enfermeras en el mejor estilo Benny Hill.

En su momento, una ácida comedia que se atrevía a hacer sátira de algo tan serio como la guerra, teniendo además en cuenta que por aquel entonces Estados Unidos estaba metido de lleno en una, además de mostrar en pantalla explícitas escenas de operaciones. Pero el tiempo pasa y vista hoy en día es una acumulación de gags sin gracia, en especial por lo cargantes que resultan los personajes de Shuterland, Gould y Skerritt, con el gravante añadido de que los mejores personajes quedan relegados a pequeñas apariciones, caso de Radar o el Coronel Blake. Y respecto a las escenas de operaciones,  igualadas y superadas en Saber vivir. Uno de esos títulos a los que el paso del tiempo no es que trate mal, es que acaba por sacarle las costuras.

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