Durante
la inauguración del mayor rascacielos del mundo tiene lugar un incendio que
deja en nada a las hogueras de San Juan y que obliga a improvisar una solución
que denota el edificio no cumplía la normativa en materia de prevención de
riesgos laborales.
Obra cumbre del denominado cine
de catástrofes con una historia simplona que es lo de menos, siendo sus
espectaculares efectos visuales los verdaderos protagonistas, junto a un
plantel de actores protagonistas y secundarios que da tanto vértigo como las
138 alturas de un edificio al que solo le falta un John McClane en modo
camiseta Armani y pies descalzos.
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