Superman habla ante las Naciones
Unidos para que cese el programa de misiles nucleares (snif), a lo que Lex
Luthor aprovecha para clonar al hombre de acero resultando una especie de icono
del día del orgullo gay.
La
Cannon se hace con los derechos del personaje, no hace falta decir más.
Tremenda patada en el estómago de los aficionados al personaje con actuaciones
sobreactuadas, efectos especiales que hacen buenos al Paint de Windows y una
historia que no hay por donde cogerla, una pena por Christopher Reeve, que como
en el resto de la saga se deja el alma.
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