Sam y Molly se quieren mucho,
mucho, pero mucho. Y también gustan de trabajar la arcilla juntos. Un fatídico día
el es asesinado y lo que en cualquier pareja sería una forma de acabar la
relación, abrupta, pero igualmente válida, en este caso solo sirve para
complicar un poco el tema del contacto físico.
La película romántica del año, que digo del
año, de la década, que inteligentemente mezclaba géneros ofreciendo como buena
receta de bruja un caldero de romanticismo, unas briznas de comedia con un
soplo de suspense, resultando uno de esos títulos igual de válidos y
entretenidos hoy en día que en el momento de su estreno. Vamos, que te la encuentras
zapeando en la tele y te quedas a verla. Lo del Oscar a una histérica Whoopi
Goldberg es para mirarlo, pero por contra Demi Moore jamás estuvo más bella y
dulce en pantalla.
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