Unas
lolitas que viven en un mundo de fantasía se dedican, cual videojuego de
pantallas, a realizar una serie de misiones tan normales como acabar con unos
ninjas gigantes, matar un dragón o acabar con un escuadrón nazi. Cinema verite
que le llaman.
Zack Snyder, después de demostrar
que era capaz de salir bien parado de cualquier reto cinematográfico que se le
planteara, se lía la manta a la cabeza y se monta una película con el único
leit motive de “por mis santos cojones” que si bien en el terreno visual es
espectacular, como historia armada está un poco cogida por los pelos. Pero nada de eso importará si lo que te gustan
son las secuencias de cinemática de los videojuegos, que es lo que acaba siendo
Sucker Punch, aunque con mucha licra y media de por medio.
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