Charlie
es un mafiosillo de quinta con posibles, es elegante, tiene flow y unos andares
de chulesca elegancia. Pero también tiene a su lado a un tocapelotas con la
cara de Robert De Niro y que le acabará llevando por la calle de la amargura.
Una de las primeras películas de
Scorsese y donde ya toca dos de sus principales constantes cinematográficas, la
religión y la mafia. Se adivinan asimismo las maneras en la forma de rodar de
un director que acabaría siendo muy grande, aunque eso sí, todavía había cosas
que pulir, y de alguna manera puede considerarse a Malas calles como un primer
borrador de lo que acabaría siendo una de sus cintas más importantes, Uno de
los nuestros. Una película vital para conocer al Scorsese que vendría después,
el que siempre fue.
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