Deadpool
continúa su deambular por un mundo que no le comprende asegurándose de aunar un
mal chiste a cada bala que asoma del cañón de su productiva arma.
Deadpool en su segunda entrega no
arriesga y sigue la estela dejada por la exitosa primera parte, lo cual no es
malo, porque tampoco decepciona y el nivel de chistes por segundo sigue estando
a la altura. Eso sí, ahora hay más
dinero invertido y eso se nota en las secuencias de acción. Los nuevos
personajes suman, sobretodo en el caso de Cable, Dominó y por supuesto Peter, y
Ryan Reynolds continua sin dejar títere sin cabeza, empezando, eso si, por el mismo.
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