lunes, 22 de octubre de 2018

SENDEROS DE GLORIA (1957)


Durante la Primera Guerra Mundial y por aquello de motivar a las tropas, los franceses deciden fusilar al buen tun tun a tres de sus soldados, aplicando la consabida estrategia que dice algo así como  “si no sale quien ha sido castigo a toda la clase”. 

Obra maestra dirigida por Stanley Kubrick  con una brillantez técnica fuera de toda duda, con unos travellings entre trincheras que cortan la respiración y una fotografía en blanco y negro que no disimula sin embargo la brutalidad de la guerra. Todo un alegato antimilitarista en el que Kirk Douglas echa el resto y que es imposible ver sin que algo te retuerza las tripas, posiblemente la mala leche de ver que nada ha cambiado en los últimos cien años.

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