viernes, 5 de junio de 2020

LA CONVERSACIÓN (1974)


Harry tiene una afición desmedida por oír conversaciones ajenas, hasta tal punto que podría convertirse en miembro destacado del prototípico grupo de vecinas cotillas. Aunque el estar todo el tiempo en modo fisgón puede llevar a que entiendas todo al revés.  

Entre Padrino y Padrino Coppola jugó a los espías con una película en la que el director vuelca todo su interés en el uso de imágenes, y sobre todo sonidos, algo que hace deje de lado por momentos la propia historia. Eso sí, el personaje de Harry Caul y su perenne gabán transparente es uno de esos regalos para los sentidos que hay que agradecer. Puede que sea la película favorita de su director pero servidor cree que tiene otros títulos mucho más redondos, y no, no estoy hablando de Jack.  

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