Joe
y Arnesen Clay son un feliz matrimonio que pasa sus días reciclando botellas de
alcohol en el contenedor de vidrio, aunque para ello primero se las beben
todas.
Con un título festivo, un
director como Blake Edwards y Jack Lemmon como actor principal todo parece
apuntar a una simpática comedia sesentera, y de hecho sus primeras secuencias
parecen confirmar nuestras sospechas. Craso error, ya que Días de vino y rosas
no habla de lo bien que lo pasamos de botellón el Sábado por la noche, sino de
lo que nos duele todo el cuerpo el Domingo por la mañana, un dramón con el
alcoholismo como eje central y donde Lemmon y Remick abordaron unos personajes
complejos con nota. Una película que le quita las ganas a uno hasta de tomarse
una Coca Cola Zero.

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