Un abogado de esos de ambición
desmedida y atractiva esposa es fichado por un bufete que deja en paños menores
a la defensa del caso Gurtel.
Una
premisa interesante que acaba por plantear la típica diatriba del demonio en un
hombro y el angelito en el otro, lástima que el final sea un poco bluf y tire
un poco por tierra todo lo planteado hasta el precipitado desenlace. Al Pacino
hace de un Satán en modo desatado, Keanu Reeves sigue poniendo cara de estar
perdido y Charlize Theron…Dios bendiga a Charlize Theron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario