martes, 2 de octubre de 2018

JFK, CASO ABIERTO (1991)


Un fiscal bastante cabezón descubre a base de tocar las narices aquí y allá que el asesinato del Presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy fue debido a un complot. Vamos, lo que suele ser siempre por el país de las libertades.

Oliver Stone se deja de medias tintas y utiliza tres horas de peliculón para contar su verdad sobre el magnicidio de Texas. Utiliza estupendamente todo tipo de técnicas cinematográficas y tira de montaje soberbio para que quien vea JFK salga de la sala de cine sin ningún  atisbo de duda que lo que nos cuenta Stone es lo que pasó realmente hace ya cincuenta años. Y eso da miedo, mucho miedo.

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