Un soldado novato
llega a Vietnam pensando que aquello debe ser un continuo jolgorio. Enseguida
se da cuenta que no es así, y si a ello le añades que uno de tus sargentos es
un psicópata bastante hijo de Perkins, pues eso, que si lo sé no vengo.
Oliver
Stone sabe de lo que está hablando (es veterano de Vietnam) y eso se nota en
pantalla, vaya que si se nota. Una película que te agarra por las gónadas y te
enseña lo que es la guerra de verdad, lejos de bellos panfletos militaristas vistos
en otras ocasiones. Con un correcto Charlie Sheen antes de meterse por la nariz
el equivalente a toda la tiza de mi etapa estudiantil y unos sobresalientes
Williem Dafoe y Tom Berenger. Y si, ante la duda, es la de la icónica imagen
del soldado siendo ametrallado con los brazos en alto y las rodillas hincadas en el suelo, la mejor
imagen para mostrar de qué va esto de la guerra.
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