sábado, 8 de junio de 2019

KING KONG (2005)


Aplicando aquello tan Disney de que la belleza está en el interior, la actriz Ann Darrow acaba encontrando a su pareja ideal, lo malo es que para llegar a esa belleza interior debe abrir en canal a una peluda mole de cincuenta y cinco toneladas.
  
Muy crecido tras el éxito de la trilogía sobre El señor de los anillos, Peter Jackson remakeaba la película que le decidiera a convertirse en cineasta allá en su niñez. El resultado es excesivo a todos los niveles, inversión y duración incluidos, y a pesar que en algún momento llega a convencer, ver a Kong patinando en Central Park acaba por defenestrar una idea que entre otras cosas comete un error de casting garrafal del que solo se salva una Naomi Watts que si se antoja un personaje extraído directamente del King Kong de 1933. Y es que el tamaño no lo es todo.

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