miércoles, 12 de junio de 2019

ERASE UNA VEZ EN AMÉRICA (1984)


Dos chicos, uno judío y otro hebreo se hacen amigos en plenos años veinte, es de imaginar que de dicha unión no puede salir nada bueno, y así es como poco después esta pareja es cabeza de cartel de un grupillo de gangsters encantados de haberse conocido.

Cuando hablamos de esta película como el testamento cinematográfico de Sergio Leone lo hacemos en el sentido más literal de la palabra, ya que los enfrentamientos con la productora por no ver cercenada su obra se llevaron por delante al mítico director vía ataque al corazón. Con un sobresaliente guion, un montaje para estudiar en las escuelas de cine y unos actores de matrícula de honor que más podemos decir sobre esta obra maestra. Vale, que el compositor Ennio Morricone ofrece aquí uno de sus mejores trabajos. Acomódense en el sofá, desconecten el móvil y déjense llevar por cinco horas de cine con mayúsculas. Que al fin y al cabo es lo que era el maestro Leone, puro cine.


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