Con
la única ayuda de un cortaúñas, toneladas de paciencia y una cabezonería propia
de La Rioja, Frank Morris logrará escapar de Alcatraz al más puro dibujo
animado, y todo sin dejar de fruncir el ceño.
La dupla Siegel.Eastwood
continuaba igual de bien avenida que en títulos pretéritos con Harry Callahan
como anillo que les uniera para toda la vida. En esta ocasión el actor
cambiaría de bando pero no de ademanes para dar vida a un preso de esos de los
de moral inquebrantable en un ejercicio de cine de suspense que logra mantener
al espectador en tensión en no pocos momentos. Y para el que piense que estos
del cine son unos exagerados, aviso de navegantes, la película se basa en un
hecho real.
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