Frank
Sheeran puede que desde que tuviera uso de razón no quisiera ser un gánster,
pero acabará siendo uno de los mejores en lo suyo, un pintor de casas que rivalizaría
en majestuosidad con el propio Miguel Ángel si al artista renacentista le
hubiera dado por la brocha gorda, una broche del calibre 32.
Junto a Uno de los nuestros y
Casino un triunvirato perfecto, una majestuosa obra sobre la mafia de manos de
uno de los grandes en esto de la mafia y en esto del cine. Puede que en este
irlandés Scorsese no muestre la misma soberbia técnica que en los títulos
pretéritos en lo que al uso de la cámara se refiere, siendo una obra conscientemente
más sobria en este aspecto, pero el resultado es el mismo, una epopeya vital
que te mantiene pegado a la butaca durante sus tres horas y media. De Niro
vuelve a ser De Niro, Pesci vuelve al cine para brindar una nueva
interpretación de lujo y Pacino, bueno Pacino hace de Pacino, pero en esta
ocasión el resultado está a la altura. Y nuevamente su director demostrando que
además de gran cinéfilo es un excelente melómano.
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