Tonya Harding es una patinadora
artística tan buena en talento como mala en escoger a sus compañías, lo que la
lleva a que los golpes que se da en la pista de hielo queden en nada frente a
los que tiene que soportar en su propia casa.
Disfrazada
entre formas de comedia surrealista nos encontramos este auténtico drama que
nos enseña que detrás de todos los villanos de cuento hay una historia que
merece la pena ser contada. Con recursos cercanos al documental y que llegan a
romper en algún momento la cuarta pared, esta defensa, no encendida pero si
apocada de la mala por excelencia del patinaje artístico, deja al descubierto
las cualidades interpretativas y deportivas de Margot Robbie. Y no olvidemos
que detrás de esta caterva de personajes paródicos y situaciones absurdas se
esconden personas de carne y hueso, no siendo la rodilla de Nancy Kerrigan lo
único que se rompió en esta historia.
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