Una
familia dedicada al noble arte de vivir del esfuerzo de los demás, hallará en una
adinerada casa el nicho perfecto para acomodar los riñones, aunque al final los
timados terminarán oliéndose la tostada.
Una película que te atrapa desde
la primera escena y que sorprende en ese volantazo contralado desde la
simpática comedia negra hasta mutar en thriller de infausto final. Con unos
actores que derrochan frescura y buen hacer, la película no escatima a la hora de soltar pedradas a diestro y
siniestro, acabando allí donde esa primera escena nos había atrapado pero
dejando patente cuan cierta es esa frase que dice que todo siempre puede ir a
peor. Que se lo digan a los Kim.
No hay comentarios:
Publicar un comentario