Durante
la Segunda Guerra Mundial, un grupo de soldados de la peor calaña entre los que
encontramos desertores, ladrones o directamente golfos, tratando de huir de la
contienda, se verán irónicamente inmersos en más batallas que Patton y Rommel
juntos.
Enmarcada dentro del denominado
macaroni combat, esta entretenidísima cinta bélica del versátil Enzo G.
Castellari y en la que siempre está
pasando algo, hace gala de un uso excelente de los exiguos recursos con los que
contó (pura serie B, ya se sabe), e incluso mostrando interesantes planos y originales
posiciones de cámara. Cuenta además con un puñado de personajes a los que no
tardas en coger cariño, ciertos toques de humor bien insertado y ráfagas de
ametralladora y explosiones para llenar toda la saga Desaparecido en combate.
Los italianos se marcan su propio Doce del patíbulo en un título que rescataría
de cierto olvido Quentin Tarantino. Y es que el título original de la cinta no
es otro que The inglorius bastards, ¿les suena?
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