Un
entrenador de fútbol americano bastante acabado debe lidiar con una joven
promesa deportiva con un ego del tamaño
de sus pectorales, muy grande quiero decir.
Stone se interesa por el mundo
del deporte, concretamente del fútbol americano, sus miserias y también sus
miserias, en una película que desaprovecha sus muchas posibles bazas quedándose
en un fresco bastante superficial. Reparto de lujo al que en esta ocasión su
director no sabe sacar todo su partido, cosa que si hace en la secuencia en los
vestuarios donde vemos que la máxima de los miembros sexuales de los negros se
cumple sin ningún género de dudas.
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