Cuándo
el anodino Roger O. Thornhill es confundido por error con un agente del
gobierno se ve obligado a la fuerza a cambiar aburridas reuniones de trabajo
por peligrosos tiroteos y mortales persecuciones. La contrapartida, que conoce
a Eva Marie Saint, por quien bien merece la pena recibir un par de disparos.
Alfred Hitchcock vuelve a jugar
con la idea de la persona normal obligada por la fuerza a enfrentarse a una
situación que le supera, y que mejor que Cary Grant para dar vida a este tipo
de personaje. Una de las películas más recordadas del orondo director entre
otras cosas por la famosa secuencia de la avioneta y ese clímax final en pleno
monte Rushmore, todo un recital donde el suspense y la acción van de la mano. Y
si, es Hitchcock, no podía faltar la bella rubia a la que acosar durante el
rodaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario