Scarlett
O´Hara es el prototipo de persona que ni come ni deja comer, hasta que por fin
da con la horma de su zapato en la figura de Rhett Butler, tan pagado de sí
mismo como el mismísimo José Luis Moreno. Y así, entre te quiero y te odio
transcurre una relación que además debe afrontar otro problemilla de por medio,
una Guerra Civil.
El perfecto ejemplo de película
de estudio, una mastodóntica producción llevada a cabo por el enfermizo empeño
de David O. Selznick que no escatimaría medios, directores ni dinero. El
resultado, una obra tan excesiva como imprescindible y trufada de secuencias
claves dentro de la historia del cine, como el incendio de Atlanta, el
juramento en medio del atardecer de la protagonista o la aséptica despedida del
personaje de Clark Gable. A Dios pongo por testigo, les llevará toda una tarde,
pero deben verla.
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