Cuándo
un fracasado encuentra un maletín lleno de dinero en medio de una masacre en el
desierto hace lo que cualquiera con dos dedos de frente y muchas deudas de por
medio, quedárselo. Aunque su decisión le cuesta ser asediado por el sheriff del
lugar y un asesino que a quien primero debiera haber fulminado es a su
peluquero.
Los Coen filman este juego del
gato y del ratón donde Bardem fue quien
se llevó todos los halagos dejando en segundo plano a un igualmente magnífico
Josh Brolin. Con un indisimulado aire de western sucio y polvoriento la
película demuestra que no hace falta complejas historias para rodar cine del
bueno, y eso que en su tramo final acaba flojeando, justo en el preciso momento
en que el bueno de Brolin deja de
aparecer en pantalla, ¿casualidad?
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