Michael Corleone es un cincuentón
aburrido ya de la vida de mafioso, que es lo que tiene, desgasta mucho. Otra
cosa que tiene es que te ganas muchos enemigos por el camino.
Fin de
la saga de los Corleone, Francis Ford Coppola nos obsequia con otro peliculón
que hacen de esta trilogía un obligado en las estanterías de todo buen
cinéfilo. Aprovecha además para colar a su hija entre el elenco de actores, baste
decir en relación a su talento como actriz que la chica acabó, para beneficio de
todos, optando por la dirección. Por aquello de compensar al espectador Pacino
por su parte lo borda. Lo peor de esta estupenda cinta sobre la mafia, que hay
dos películas por ahí que se llaman El Padrino y El Padrino2, y ya se sabe
aquello de las comparaciones.
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