Cuándo
los ingleses se meten con la amada de William Wallace provocan tal cabreo en
este escocés que a poco esta de acabar con el reino de Inglaterra, dejando de
paso al resto de novios a la altura del betún.
Mel Gibson se salta la clase de
historia pero logra crear una epopeya que se ampara en una grandiosa banda
sonora para ofrecer un espectáculo cinematográfico de primer orden. Frases para
el recuerdo, venganzas hijoputescas y unas grandiosas batallas filmadas desde
dentro y donde por primera vez se mostraba en pantalla toda la crudeza de las
mismas, amputaciones y defenestraciones incluidas. La película que nos enseña hay
que tener cuidado a la hora de meterse con la persona equivocada.
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