Michael
Corleone, en su afán por mantener el imperio de malaje y delincuencia variada
construido por su padre Vito a base de esfuerzo, sacrificio y dejar el río
Hudson plagado de cadáveres con cemento en los pies, acabara llevando a su
familia como el rosario de la aurora, en algo muy parecido a lo acontecido con
el clan Pantoja.
Coppola y Puzo continúan
desgranando la historia real de la mafia a golpe de ficción en una secuela por
lo menos tan buena como la cinta de 1972. Además, en un alarde de juegos
malabares con el montaje, nos cuelan en medio de esta secuela una maravillosa precuela,
lo que acaba convirtiendo a El padrino 2 en una seprecuela apoyada una vez más
en unas interpretaciones para enmarcar. Y no podemos dejar de decirlo, quanto è
bello il sussurro italiano suoni.
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