viernes, 3 de julio de 2020

GILDA (1946)


En un casino ilegal de Buenos Aires, un estirado villano de opereta, un caradura tramposo con ganas de prosperar y una mujer fatal de caminar sinuoso creen ser los más listos del lugar, sin percatarse que el que conoce el percal  de verdad es el responsable de los lavabos del garito.

Título icónico gracias a una Rita Hayworth en estado de gracia y protagonista de una de las secuencias más míticas de la historia del cine, donde un meneo de melena y un guante juguetón exudan más erotismo que todas los momentos a cámara lenta de Los vigilantes de la playa. Pero Gilda es mucho más, hay que hablar de un brillante Glenn Ford, de una combinación de géneros perfectamente macerados y servidos, de una puesta en escena medida y certera, de unas líneas de guion en no pocas ocasiones soberbios y con grandes dobles sentidos…Una película para el recuerdo, aquel que acabo perdiendo nuestra adorada Rita Hayworth.

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