Un
par de amigos talentosos como equipo, uno es el músculo y el otro el cerebro,
en lugar de invertir su talento en crear una app de citas, deciden meter los
hocicos en el mundo de la marihuana, llegando a lidiar con el típico cartel
mexicano experto en la decapitación del enemigo motosierra en mano.
Un título que le va como anillo
al dedo a un Oliver Stone, director del asunto, que siempre ha sido amigo de
ese “walk on the wild side” recitado por Lou Reed. Una auténtica salvajada que
muestra la cara más descarnada del tráfico de drogas en plena frontera entre
Estados Unidos y México, aunque el director suple la brutalidad de determinadas
escenas con cierto tono irónico que sobrevuela toda la película. Destacar un
elenco de actores, tanto los jóvenes como los más veteranos, que brillan a gran
nivel, aunque está claro que el que mejor se lo ha pasado en el rodaje ha sido
un John Travolta juguetón.
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